.
Siguiendo el olor llego hasta donde cagó Dios,
donde los gorriones se han quedado afónicos;
de los que mandan frustraciones que bailan a su ritmo,
que despellejan las carnes y te miran adentro.
Llego de sorpresa y los destazo como pescados..,
de los gritos de las sirenas me escondo cerca 'e tu lado;
cerca 'e los caminos de Jiménez, lejos de la sal del mar
y del querido doctor con sus expectaciones simpáticas.
Se van luces bicolores
contandote'l chistecito,
y de ahora a aprovechar nuestro campo,
que ya nunca crece prado donde meo Dios.
. . .
I. M. *
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