para aguantar yo solo todo el peso y camino.
Como débil viento que no tiene nombre,
si mi vida es como el rocío
de la mañana sobre las hojas verdes;
Me declaro totalmente olvidable.
Porque escribo igual que sangro. Porque sangro todo lo que escribo.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
Publica'o por Barrabás-Barrabás
Tan poderosos fueron mis febriles deseos de niño
que ahora ya no sé ni hacia donde iba el camino.
Tan trascendentes fueron los juramentos de juventud,
que ya apenas me es posible recordar qué eran.
Nada me ha sido indeleble,
nada se queda en mi vida.
Por tener que mencionar alguna cosa:
Mis escasos amores y varios amoríos…
el cuarto de la ropa sucia
donde yo mismo te quitaba la ropa,
el árbol de hojas chicas que nos guardaba esas noches
sentados en esa fea y vieja banca,
y los pocos días con to’s mis prototipos de ex esposas.
Las fobias que poco a poco pude superar.
El porvenir que me inventé.
La narrativa y los diálogos de calor de bar.
La vez que, a pesar de ser adulto,
me toco llorar frente a la suficiente gente.
El aprender que no siempre lo urgente es lo importante.
El callejón y los humos de risa,
la pelea con el mejor amigo
y la banda oldie que escuchábamos en un cuarto,
mi chaqueta de cuero negra
que me cubría del gradual desencanto,
la canción que nunca pude oír fuera de mi mente.
Los tennis de mi hermano que terminé utilizando,
la vieja loca que nos odiaba,
aquellos buenos días junto al río,
las veces que estuve cerca de morir,
lo duro y lo bueno de la mala vida que vino después
para el niño que abría la boca para beber lluvia
-... parecido a cómo te pasó a ti-.
Millares de sombras de color carmín
parecen ir en la vereda junto a mí.
Son todas esas cosas que por dentro me han tocado,
que me han arañado o dejado una firma sutil
-sin afanosa selectividad-,
y con eso ya se quedaron en forma de siluetas
en el camino de incontables de días
y en el rincón más escondido de mi alma.
Tantas cosas me han tocado…
mas nada me ha sido indeleble,
nada se queda en mi vida.
Y sin embargo todo está donde mismo.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
Publica'o por Barrabás-Barrabás
Me he dado cuenta de que ya no podré escribir nada nuevo
pues me he dado cuenta que en realidad nunca lo he hecho.
Habiendo andado miles de millones de vidas por el mismo mundo,
sintiendo sentimientos universales que llegamos a sentir todos,
no es posible que yo diga algo nuevo.
Ya no creo poder decir un sentir o un pensamiento
que nadie, en toda la milenaria historia,
haya alguna vez antes sentido o pensado.
Un mundo palpitante de emociones
¿qué tanta tierra nueva me pudo hacer dejado?
Puede que inspiración que me llegase
sea involuntario influjo de los muertos,
de aquel que tuvo esa misma inspiración primero.
Y en un espacio en blanco de literatura desconocida,
quiero recordar jamás tratar de buscar un metáfora
que nadie haya usado en cientos de miles de años,
nunca fijarme en si ya tiene copyright ese sentimiento,
ni fijarme si ese verso que derramo desde mis venas
es o no ya derecho reservado de un autor.
Habiendo existido tantas infinitas almas
que vagaron por la tierra sintiendo y pensando
¿qué de nuevo puedo escribir, sentir o pensar yo?
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
Publica'o por Barrabás-Barrabás
Iluminados por la misma redonda Luna,
calentados por la misma temperatura.
“Estaría en este momento igual de feliz que yo”
pienso en noches, días o cualquier rato
donde tú eres lo único que me falta.
Tantos momentos en que deseo tu presencia,
he pasado de necesitarte solo en las malas
a decir cuando sonrío a solas “ojala estuvieras aquí”,
y al no verte alrededor desearía ser intermediario.
Que vieras eso imperdible que mis ojos llegasen a ver,
que absorbieras ese viento raso que sienten mis poros,
que tratases gente buena que vi –y que rara vez aparece-,
que con mi saliva degustaras sabores que te perdiste,
texturas con mis manos, suavidad con mis dedos,
y que todo lo sintieras con tu propio corazón.
Que sintieras mi felicidad, mientras tú la complementas.
Tu sonrisa, tu olor, y como Luna tus ojos iluminados,
te añoro tanto cuando por alguno de mis días pasa lo escaso.
También en este momento en que el suelo tiene brillo
y tales estrellas crujen como cristales con los pasos,
en este momento que tuve que vivir solo
y que estoy seguro de que te hubiera gustado.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Me gusta la ciudad serena y triste
a esas horas que todos han huido
hacia el íntimo refugio de las cosas.
Cuando en el aire flotan, todavía, los ecos
de escandalosas fiestas y muchedumbres locas.
Entonces que la ciudad tiene conmigo
un gusto de cómplice y resaca
y late como mi corazón, solitario y tan frío,
desnudo con la noche,
furtivo como una rata.
Cansado y ronco como el ladrido
de un perro viejo que la lluvia calara.
Me gusta la ciudad a esas horas duras
que no la vive nadie, sólo las sombras
de seres que parecen venidos de otro mundo
a recoger las bolsas de basura,
mientras el aire se espesa y son
inútiles las señales de tráfico y las aceras.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Rebusco en mi soledad; mi mente y cincel,
algo que te diga cuanto me muero de dolor
cuando me vetas tu cariño,
un grito que resuene en tus oídos
y que te diga cuanto me haces falta.
Inventarme nuevos adjetivos y verbos si es necesario,
algo para que te arañe el corazón y no se te desvanezca.
Algo que lo que desvanezca sea tu incomprensión.
Algo que acabe con el frío que llevo en cuerpo y alma…
Pero solo me queda taparme con un montón de hojas
¡hojas llenas de poemas de mierda!
que es lo único que en esta ruina tengo.
Poemas que son extensas listas
de las cosas que no puedo hacer.
Desolaciones fotografiadas,
y cartas que nunca mando.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Le doy la razón a Neruda,
“sucede que me canso de ser hombre”,
caminado alrededor cansa
todo este marchito paisaje.
Dejando el sueño por las banquetas,
bajo las indescifrables miradas más grises
y los olfateos de los perros que comen envidia.
Quiero librarme del “tanto tienes, tanto vales”.
Salirme del camino que me marcaron los hombres
sin usar la bomba infantil del anarquista
ni la cómoda resignación del aborregado.
El fingir que no siento
se hermana amable con
el sentirme fingiendo.
Y vivo –y a veces respiro- en el No,
y sé que soy raíz en las tinieblas.
Disipada luz de faro en la penumbra,
imbécil y horriblemente frío mar,
mi barca se ladea y yo me ahogo.
En el fondo siento que me gustaría
que en un futuro alguien me dé la razón,
de preferir y querer quedarme En la orilla.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
Publica'o por Barrabás-Barrabás
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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¿Porqué el nombre de "Mapas hacia Extremadura"?
La duda la tienen algunos sobre porque la referencia a Extremadura siendo que vivo en México. No es nada muy impotante, principalmente por dos razones:
· Mi orgasmeante fijación por Extremoduro, el grupo español.
· Y mi fascinación por el nombre 'Extremadura'. Sin duda que si yo puediera nombrar un territorio para mí, le pondría así. Es genial, es casi irreal, "Extremadura". Aunque sepa su ubicación, suena a una tierra que no existe. M'es dificil poder explicarlo.
Después de días de haber puesto la imagen del vagabundo/hombre del saco -que por cierto aparece en la portada de "Canciones prohibidas"- pensé en cambiar un nombre que tenía -y que nunca me convenció- por el actual con el que me parece que la cabecera del blog hace referencia a un viaje.
Ideal para mí, que un día me gustaría poner mochila al hombro y echar a andar. Quizás con rumbo a la nada, al olvido o a mi propia Extremadura.
(Sé que no es ninguna ninguna información trascendente, es solo para saciar la curiosidad de unos tantos ya después de la tercera vez que preguntaron)
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Lo que antes caminaba
hoy se arrastra por el suelo
y entre algunos por favor pide para comer.
Algunas veces suelo escucharlo
-se ha vuelto una cosa lastimosa-.
Se pierde en la carretera
el rumbo que llevábamos.
Empiezas a hacer las maletas
pero para irte sin mí.
Cada día me confunden más los carriles y los sentidos,
poco sentido tiene todo
y al carril no se le haya forma.
No creo que quieras retomar rumbo.
Abro otra botella,
no está demás saber si adentro
se encuentra la solución.
Atacado por la vida que muerde.
Antes todo lo nuestro era creciente…
será que no nos quedó tanta agua
como para que todo fluya como antes.
Ya no sé si volverá a caer lluvia…
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Me he puesto a mirar la hierba
y no he visto si crece con uve o con be.
He abierto mi mano al cielo
para ver si la lluvia la mojaba
con uve o con be.
Me ha dado el viento en la cara
y no he sentido si llevaba
una uve o una be.
La hierva, la llubia o el biento
son a pesar de las faltas ortográficas
y por eso las entiendo,
las de respeto no.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Me siento en el suelo de la regadera.
Aquel psicólogo dice que no es comportamiento normal
-No sé. Nunca terminé entero un libro de psicología-.
Puede que sea para que se me deslave
todo con lo que me contaminé la espalda,
venido de los lados más asquerosos del mundo.
Es el preferir los chorritos angostos de la ducha
a, del vivir, los espesos escupitajos.
Me quedo sentado cuando siento que está de más pararse,
cuando siento las cargas sobre los hombros
bastante más pesadas que otras veces.
Me quedo quieto debajo de la regadera
para ver si arrastra la quietud y la tristeza
por los oscuros huequitos de la coladera,
para ver si el agua que me resbala se la lleva.
Me quedé ensimismado por largo rato
visualizando, si el corazón se me encogiera
ya no tendría que sentir así; sentir tanto.
Sin importarme nada en el mundo, como los niños
no tengo inconveniente en arrugarme pies y manos,
¡mejor! así le hacen compañía a mi corazón arrugado.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Creo que ya he perdido los ánimos por ganar
pero todavía no he perdido la pasiva esperanza de ello;
será que todavía no he perdido lo suficiente.
No he caído lo suficiente
como para que mi espíritu no busque levantarse
en el algún día venidero donde el golpe de la caída sane.
Me he hastiado de las rachas,
los estados monocromos que me insinúan que así seguiré
y los “que si perro gordo, que si perro flaco”,
pero también de perseguir al pájaro de la felicidad
para que al rato a vuelo vuelva a escaparse sin más.
Sé que es así, ya sé que todo es el guión.
Es real que el tiempo va quitándonos el alma quijotesca
pero aun no he perdido una que otra locura e ilusión,
aunque, como paria que ve la tele tras el aparador,
gradualmente me he desencantado de la vida a tecnicolor.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Darle lo intimo de mi soledad y mi tiempo
a tu amplio corazón y tiempo repartido.
¿Porqué tendría que dar mucho más de lo que recibo?
Debo bajar de mi nube varios hectómetros
para estar en la altura que la tuya.
Ríe. Que me cansa tapar que solo soy un aburrido.
Es tonto decirte te amo cuando tú no pasas del te quiero.
más cuando no es difícil encontrar porqué siento
que no me quieres tanto como a ti te amo yo.
Tú no quieres creer, yo prefiero ni pensar
¿ahora como doy pasos atrás si no te veo avanzar?
¿Qué tanto debo limitar por ti mis sentimientos
para, con ese recorte, estar al mismo nivel?
Cansados de nuestros caminos
nos fundimos en un abrazo,
tu quedas mirando p’atrás y yo hacia delante.
No es justo romperme el alma y soñar viendo el horizonte
mientras tu vez lo que quedó detrás en tu camino…
Y esa me es la diferencia más insostenible.
¿Porqué tendría que dar mucho más de lo que recibo?
Tu desatención hacia mí, mi inconformidad,
tu diversión con tu gente, mi depresión
tu mirar, mi sentirme como cuadro en la pared…
tu intento de buscarme la cara, mi canción de soberbia.
¿Qué tanto debo limitar por ti mi alma
para con eso estar al mismo nivel?
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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De Amor, rebeldía, libertad y sangre
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Si de alguna manera hay ofendidos, tomenlo como ficción literaria.
Por algunos contenidos con referencia a sexo, violencia y drogas se recomienda amplio criterio y una edad más adecuada.
Barrabás-Barrabás no se responzabiliza de las opiniones vertidas en los comentarios en toda la página.
Algunas citas breves y generalizadas no contienen nombre del autor: Por motivos esteticos y por citarlos como expresión de sentimientos universales -y no con ningún fin de atribuirmelas. Si piensas lo contrario puedo modificarlo a como gustes-.
Barrabás-Barrabás pone el autor de las imágenes contenidas siempre que puede. Si lo logra saber, da una referencia en el nombre mismo del archivo -el nombre que aparece al guardarse la imagen-. Cabe decir que la mayoría las edita conforme a sus ideas de ilustración de los textos. Cualquier queja pueden hacerla saber y será resuelta.
Si deseas publicar alguno de los escritos del autor no necesitas ni pedir permiso, pero si debes hacer una referencia a la autoría. Y -opcional- como cortesía avisar el sitio donde se publica.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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En los últimos días he notado tu piel más pálida
y tu cuerpo más frío, al igual que tu boca.
Te contemplo desde mi lado de nuestro lecho
con la quietud del observar estrellas de otros planos.
Le doy un beso a tu alma
mientras tú permaneces calladita,
como absorta en un dulce sueño del que no quieres salir.
Miro por la ventana. Absorbe mi temblor.
Desearía poder robarme algo de Luna
para iluminar tu envolvente sueño.
Vuelvo a acariciar de nuevo tu lindo pelo…
Tu aroma se ha vuelto diferente.
Yo, que na' entiendo de leyes,
ahora también reniego del doctor de cabecera,
de los criterios infalibles sobre pulsaciones
y de los piquetes de alguna colada impaciencia.
Extraño tu calor…
Mañana te haré el desayuno, amor,
decidas o no tomarlo.
Lúgubre y dura fuerza de esta obseción.
Al mundo le estaré cerrando los oídos y corazón
y dedicaré mi dormir a soñar que despiertas mañana.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Cadáveres somos, cadáveres fuimos y seremos,
somos cuerpos vacíos, sólo con una pequeña porción de luz,
luz clara y tenue llena de gracia divina.
Fuimos cadáveres antes de la evolución humana sangrienta
y oscura.
Fuimos cadáveres antes de nacer
en una vieja alma reencarnar
y besar las llamas del infierno.
Pobres de los difuntos que tienen que besarnos los pies
por debajo de las piedras.
Seremos cadáveres al ser exorcizados,
bajo tierra, ser clasificados.
bueno o malo,
al igual que toda la materia viva muerta.
Maldito cielo
que no te deja vivir,
siempre apegados a sus divinas reglas
para no sufrir.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Despierto todavía emborrachado
del dulce vino de los sueños locos.
Esta botella, la de la aventura envolvente,
como alguna emocionante película
ambientada entre gris neblina,
en cortometrajes donde el gris nunca fue tan excitante.
Atmósfera inentendible de un minuto a otro; cambiante.
Larga carretera de un solo sentido
montada sobre mares –sin verse la costa-,
el personaje desconocido y tan necesario
por ser el que explica el nuevo guión al protagonista,
el infaltable factor miedo, sentido de riesgo,
que no puede faltar en estos extraños sueños
de entrañas y de sensaciones de película de acción.
Los cuerpos que cambian de caras
con el imperceptible pasar de los minutos
para representar nuevos secundarios en la situación,
esos que se metieron involuntariamente en la aventura.
El paisaje desconocido intimida un poco,
la estrecha carretera recta de un solo carril
y la temible premonición de caer al mar.
Juegos de la niña de mi psiquis,
cortometrajes del ebrio soñador de Morfeo,
dulce y embriagador vino de sabor excitante,
buenas sensaciones tras un sueño loco de cualquier tarde.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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Extraído de "Futbol a Sol y sombra". Eduardo Galeano
Querido Eduardo:
Te recuerdo que el otro día estuve en el supermercado «Carrefour», donde antes estaba la cancha de San Lorenzo. Fui con José Sanfilippo, el héroe de mi infancia, que fue goleador de San Lorenzo cuatro temporadas seguidas. Caminamos entre las góndolas, rodeados de cacerolas, quesos y ristras de chorizos. De pronto, mientras nos acercamos a las cajas, Sanfilippo abre los brazos y dice: “Pensar que acá se la clavé de sobrepique a Roma, en aquel partido contra Boca”. Se cruza delante de una gorda que arrastra un carrito lleno de latas, bifes y verdura y dice: “Fue el gol más rápido de la historia”.
Concentrado, como esperando un cómo esperando un córner, me cuenta: “Le dije al cinco, que debutaba: no bien empiece el partido, me mandas un pelotazo al área. No te calentés que no te voy a hacer quedar mal. Yo era mayor y el chico, Capdevilla se llamaba, se asustó, pensó: a ver si no cumplo”. Y ahí nomás Sanfilippo me señalaba la pila de frascos de la mayonesa y grita: “¡Acá la puso!”. La gente nos mira, azorada. “La pelota me cayó atrás de los centrales, atropellé pero se me fue un poco ahí, donde está el arroz, ¿ve?” – Me señala el estante de abajo, y de golpe corre como un conejo a pesar del traje azul y los zapatos lustrados -: “La dejé picar y ¡plum!”. Tira el zurdazo. Todos nos damos vuelta para mirar hacia la caja, donde estaba el arco hace treinta y tantos años, y a todos nos parece que la pelota se mete arriba, justo donde están las pilas para radio y las hojitas de afeitar. Sanfilippo levanta los brazos para festejar. Los clientes y las cajeras se rompen las manos de tanto aplaudir. Casi me pongo a llorar. El Nene Sanfilippo había hecho de nuevo aquel gol de 1962, nada más para que yo pudiera verlo.
Tenías razón, esto tiene tan poca importancia que debía estar enterra'o y no solo oculto.
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