Penitencias

.
Mis sueños están manchados de pesadillas.
Los concretos rajados al golpe de un verso,
la primera infancia con pago al contado,
y quedarse orando a base de blasfemias.

Me da una especie de angustiosa lastima
los héroes que, corazón y mochila en mano,
se lanzan a rescatar cuerpos huecos
rellenados de cotidianidad y televisión.

Quedando preso en los cuartos.
No has visto el suficiente tiempo
la apariencia de que l’echo muchas ganas
a esta vocación de equivocarme.
Mis penitencias son mis valores.
Mis ojos a veces irrigan mi cara.
No existe péndulo del tiempo
para este animal sin voz…
ya es mucho desde que mantengo
cada espejismo en un mismo altar.

. . .

I. M. *

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