Sentado bajo la regadera

Me siento en el suelo de la regadera.
Aquel psicólogo dice que no es comportamiento normal
-No sé. Nunca terminé entero un libro de psicología-.
Puede que sea para que se me deslave
todo con lo que me contaminé la espalda,
venido de los lados más asquerosos del mundo.
Es el preferir los chorritos angostos de la ducha
a, del vivir, los espesos escupitajos.
Me quedo sentado cuando siento que está de más pararse,
cuando siento las cargas sobre los hombros
bastante más pesadas que otras veces.
Me quedo quieto debajo de la regadera
para ver si arrastra la quietud y la tristeza
por los oscuros huequitos de la coladera,
para ver si el agua que me resbala se la lleva.
Me quedé ensimismado por largo rato
visualizando, si el corazón se me encogiera
ya no tendría que sentir así; sentir tanto.
Sin importarme nada en el mundo, como los niños
no tengo inconveniente en arrugarme pies y manos,
¡mejor! así le hacen compañía a mi corazón arrugado.

. . .

I. M. *

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Felices fiestas, mediocre frivolidad
tantas estrellas y en mi solo oscuridad
: Flema - Solo con todos
¿vos dónde estás?