Tomadas de pelo

Cuando decías que querías tocar mi cabello

mientras mirabas mis ojos,
no me explicaste que al final me tomarías el pelo
al dejarme con los sueños de ambos en las manos.

Si me decías lo mucho que ansiabas despeinarme,
no piensas en to'as las veces que la vida me deja
despeinado y frustrado sentado en la banqueta,
cuando la sonrisa hacia el porvenir me quita.

Si decías que estarías ahí para cuidarme
me hubieras avisado que te ibas a poner a cuidar
tú añorado pasado junto a él –incluso actualmente.
Pero descuida, d'esas ya me las han hecho otras veces.

Frustración. Y por mis sueños quebra'os añoranzas
¿Ya para qué me sirven las esperanzas
en un mundo que, siento, se ríe de mí?
Quizás soy yo el que me tomo el pelo
cualquier vez que espero ser feliz,
cada vez que me gustaría salir del suelo.


. . .

I. M. *

18 de Octubre, 2007

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