viernes, junio 27

¿Dónde estás mientras veo la Luna?


Ni de coño lobo, a lo máximo perro callejero
de calles que se rapan de los pelos del pasado,
en medio de baile que se ha vuelto tradicional
de tantas sorpresas que se vuelven la constante.
Montones de ropa sucia
que se va deslavando con puestas de soles
y una limpia de gallina negra
para librarme de unos cuantos odios.
Ningún papel de creerme romántico lobezno
pero hay algo que irremediable me hipnotiza
de esa piedra que ya podría ser cotidiana.
¿Y dónde estás mientras yo miro la Luna?

Noches voy y m'echo a la acera
como saliendo de voluntaria jaula.
Quizá tú desde una cama
veas solo unos rayos de plata
que se filtran por la ventana.
¿Dónde es que estás mientras la veo pensándote?
Quedita, entre el movimiento de las verdades,
barriendo las dudas tercas de tú habitación
para acariciar al gato que nunca viene,
o rodeada de la euforia ebria de un antro.
Entre’l abrazo de un buen amor
quizá remendando errores que fueron bien nacidos
o tal vez, ya si acaso, mirándola al mismo tiempo.
No hay mirador tan de mirar como el de tus ojos.

No sé de la comprensión por lo que ya se dijo.
Na' de los que hicieron cursilerías por molde;
la pienso como una piedra gigantesca
flotando sobre nuestras cabezas
y así se me hace bellamente alucinante.

En una Polariod se quedó mi tiempo bueno.
Ningún papel de creerme indómito romántico
pero hay algo que irremediable me hipnotiza
y se me mete por las venitas de los ojos,
se pierde a retocar el torrente sanguíneo.

Deberías reclamarle a esas cosas de natura,
pues hace tiempo que te roban los colores
pa' atraer a picaflores
que chupen sus entrañas.
Dame no solo el beneficio de la duda
también buen margen de error
que siempre termina haciéndome falta.


Recurrente me vuelve la pregunta,
¿qué haces tú mientras veo la Luna?
Yo acá,
acordándome de ti.

. . .

I. M. *
-------------------------------------------------------------------------------------


Que siempre llego a la deshora que te marca el corazón,
y que cuando estamos a solas molesta el caparazón
: Marea - Los mismos clavos
Mi casa está dónde estás tú,
los mismos clavos, la misma cruz
.

2 comentarios:

panterablanca dijo...

Seguro que no eres un indómito y romántico lobezno? Yo diría que sí. No hace falta creerse algo para serlo, es más, yo diría que es preferible.
Besos de pantera.

Salamandra azul dijo...

La incertidumbre de no saber donde está mientras vemos la luna y el miedo inmenso de por fin saberlo... comparto tu mirada urgente...
Sal