domingo, octubre 21

El lugar que por un segundo existió


Vivimos un momentito una ilusión
donde los perros eran batos
y la gente menos que perros.
Vivimos una pequeñísima fantasía,
en despreocupados ratos
donde la noche era amiga
y las caminatas serenas,
con botas y zapatitos valevergas.
Donde los capuchinos se hacían
con mucho amor y paciencia.

Donde, para mí aunque se lo dije nunca:
los molinos se convertían en gigantes,
cuando se desarmaba la Luna
solo con tocarla
y cuando proclamaba a sus besos
como un prodigio de la invención de los labios.

Donde eran los gatos,
reyes y también payasos.
Donde encajaban los mieditos tontos
en valentías que rozaban lo estúpido.
Donde la mentira no tenía espacio.

Un momentito, ‘solo de bajada’,
una bella ‘engañada’,
una lindísima ficción,
un lugar que por un segundo existió.



. . .

I. M. *
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Puede que si uno piensa en lo bueno quizás sea más facil aceptarlo.

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