Malsoñarte

Ya no me gusta que salgas en mis sueños.
Si llegas a aparecer en ellos,
se vuelven una película que se ríe de mí.
Aun dormido me siento morir,
entre todas esas formas que mutan,
divago en la niebla y te encuentro con él.
Me tropiezo con tu instantáneo adiós.

Ganas de llorar, ganas de correr,
de olvidarme de ti, de sacarte de mis sueños,
pues siempre es ver a “veinticuatro cuadros”
las sorpresas más tristes que me pudieras dar,
las confirmaciones de mis peores miedos,
las visualizaciones de lo irresoluto.

Despierto y abro los ojos,
pero sé que la pesadilla no se ha acaba'o del todo.
Y entonces entiendo porqué ya no me gusta
que salgas en mis jodidos sueños.


. . .

I. M. *

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