jueves, octubre 11

Se murió vivo


Conocimos un pescado
que “se murió vivo”.
Muerto por no haber aprendido a respirar,
inicia viajes en otros, incitando locura.
Respira y vive después de muerto,
y de lo inerte surge libertad y aventura.

He querido ser el dictamen de mi corazón,
pero hasta él tiene sus contradicciones.
Quiero alcanzar mi salvación,
pero traigo mucha güeva en las manos.
No he podido dejar de ser ajeno a mí
pero sé que me quedo debiendo.

Por la boca muere el pez,
y yo les doy la razón;
tus labios son mi pecado,
ya no estás y condenado sigo.
Quiero, como él, morirme vivo.
y luego quizás empezar de nuevo.


. . .

I. M. *
-------------------------------------------------------------------------------------

El Último ke Zierre - ¿A dónde vas?

1 comentario:

panterablanca dijo...

No sé como puedes escribir estos poemas tan absolutamente sangrantes y maravillosos. Como siempre, me quedo alucinada.
Besos salvajes.